Moscú, Rusia.- Decenas de cristianos ortodoxos rusos lanzaron hoy huevos podridos, pintura azul y gritaron eslóganes racistas en Moscú a gays y lesbianas. "Moscú no es Sodoma", gritaban los creyentes ante el Parlamento ruso contra "el pecado y la depravación".
Sin embargo, no son los agresores a quienes detuvo la policía, sino a los defensores de los derechos de los homosexuales, que luchan por su libertad de expresión. "Nosotros también tenemos derecho al amor", corearon al unísono en una jornada de temperatura gélida.
La Duma aprobó hoy en primera lectura una prohibición en todo el país de "propaganda homosexual". La diputada Yelena Misulina, presidente del Comité de Familia, defiende la iniciativa argumentando que se trata de una mejor protección para niños. "La sociedad rusa es más conservadora. Por eso se justifica la inciativa", estimó la política. Pero la cúpula está dividida sobre esta ley.
El ministro de Asuntos Exteriores, Serguei Lavrov, está considerado como uno de los que la apoya, mientras que el jefe de gobierno, Dmitri Medvedev, se opone a la prohibición a nivel nacional y subraya que las relaciones entre personas no pueden regularse por ley. Sin embargo, en regiones como San Petersburgo y Kaliningrado ya está en vigor una prohibición de "propaganda homosexual" que incluye multas.
En la primera lectura, (faltan dos más para que la ley sea aprobada) un total de 388 diputados de la Duma (Parlamento) votaron a favor del proyecto de ley, que varios analistas han calificado como una prohibición de la era del Medievo. Se trata de un ataque sin precedentes del país a la esfera privada con descarado control sobre las camas de las rusos, criticó el diario sensacionalista "MK".
No pocos analistas ven en esta ley una maniobra de distracción por parte del Kremlin, para así apartar la atención de otros problemas como el ambiente de protesta que se respira, los numerosos problemas del país, así como la corrupción y la arbitrariedad de la Justicia.
Las minorías son siempre un buen blanco para el odio, señalan los analistas. Los medios informaron que también en el Ejercito se ha dado a los oficiales un nuevo protocolo para cazar enérgicamente a los homosexuales, en lugar de intentar acabar, por ejemplo, con la violencia contra los reclutas novatos.
Y de poco han servido para frenar la iniciativa la lluvia de críticas de las organizaciones internacionales.
Los seguidores ortodoxos ante la Duma opinan, sin embargo, que la ley se enmarca en las intenciones del presidente Vladimir Putin para frenar la caída de población. La homosexualidad entorpece la evolución demográfica. "¡Hagan hijos!", insta un hombre a los homosexuales ante la Duma.
"Esta ley obliga a cada lesbiana y a cada homosexual a mentir de por vida sobre identidad", señala la activista Yelena Kostyuchenko. Dos mujeres se besaron de forma demostrativa en la congregación ante la Duma. Pero les lanzaron huevos. Una mujer con chaqueta negra lanza pintura azul contra las lesbianas y los homosexuales. "Goluby", azul es la palabra rusa para homosexual.
Estos jóvenes gays y lesbianas rusos rechazan llevar una doble vida baja la fachada de la sagrada familia. En los locales para homosexuales se ve a muchas mujeres y hombres que beben y conversan sobre la desesperación de vivir una mentira, salvaguardando las apariencias. A ellos les preocupa la fuerza que está cogiendo la Iglesia ortodoxa rusa, uno de los principales pilares de Putin y que considera la homosexualidad como una enfermedad contagiosa, fruto de la depravación occidental.
Es por ello que la ley está considerada también como un intento de los círculos próximos a la Iglesia de obstaculizar la tendencia a una mayor liberalización en Rusia con más tolerancia con los homosexuales.
Los activistas temen que fanáticos religiosos y radicales de derecha consideren esta ley "antihomosexuales" como una carta blanca para nuevas acciones de violencia. Tan sólo en 2012 hubo 43 ataques contra homosexuales, de los cuatro acabaron en muerte.
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