La piel varonil y la piel femenina no son iguales; sus tejidos tienen diferente composición debido a la función hormonal: la masculina es más gruesa y áspera, el tejido celular subcutáneo es menor y tiene más folículos pilosos.
La testosterona es la hormona que trabaja en el folículo piloso, las glándulas sebáceas y las sudoríparas.
Ésta es la base sobre la que los fabricantes de productos crean maravillas para el cuidado de la piel masculina.
Así, los productos exfoliantes masculinos ayudan a controlar el exceso de grasa, a eliminar células muertas y a prevenir la aparición de vellos enterrados en la barba.
El afeitado de la barba es una agresión diaria a la piel, por lo que es necesario utilizar un producto en gel, espuma o crema que contenga humectantes y antisépticos, además de calmantes, que ayuden a cerrar los poros y actúen sobre las microlesiones, evitando irritación y enrojecimiento.
Los agresores ambientales también afectan la piel. Por ello hay que protegerla con cremas nutritivas e hidratantes que contengan protectores solares para después del afeitado y que sirvan, además, como regeneradores celulares.
En los grandes almacenes ya pueden encontrarse cabinas especiales para caballeros, en donde se practican estudios serios y profesionales de la piel. Los computarizados logran mayor precisión, pues determinan el tipo de productos más benéficos en el cuidado de un cutis específico.
Fuente: Tips Belleza
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